miércoles, noviembre 20, 2013

Cambiar no es una opción, es una OBLIGACIÓN.



Después de varios años de perseguir con una velocidad imparable todo lo que quiero, defender lo que pienso, y mantenerme firme a pesar de todas las vicisitudes que se han presentado durante este camino empedrado a veces, asfaltado en otras, siempre probando salirme del camino para sentir lo que pasa en cada mala y buena experiencia, siento que llegó el momento de otro de esos cambios drásticos en mi vida.

Mi vida siempre ha estado llena de decisiones, especialmente inmediatas, sin pensarlas mucho, afortunadamente la mayoría han traído buenos momentos y recompensas, sin embargo, de las malas decisiones es que nos formamos y nos obligan a seguir probando hasta que alguna funcione, pues la vida es así, de "coger y hacer". Quien diga que siempre ha tomado buenas decisiones simplemente es un mentiroso/a políticamente correcto.

Durante un año regresé a trabajar en el centro del mi país, asumí quizás una responsabilidad que no era mía, más bien del estado, esa que trata de capacitar e impulsar los procesos de creatividad a partir de la imagen, ya sea esta fotografía, video o ilustración. También me dediqué a "tratar" de trabajar en la fotografía, pero lastimosamente en provincia es mucho más complejo, por que incluso los propios "profesionales" aún no valoran su trabajo, por ende, yo no podía ceder y adaptarme, prefería rechazar trabajar, por que simplemente no te pagaban lo justo, acepté canjes (de nuevo) y lastimosamente me acordé del porque es que ya no trabajaba de esa forma, en fín, un año de trabajo incansable en Ambato, Riobamba y Latacunga, y en una conversación que tuve con un amigo ilustrador que es ambateño pero ya esta radicado en Quito muchos años, nos hicimos la misma pregunta: Qué le pasa Ambato?? Por que la gente sigue haciendo las cosas de la misma manera que la ha hecho durante años? En fin, estoy aún en la búsqueda de esa respuesta.

Riobamba si me sorprendió, y lo digo desde una posición del ambateño promedio que siempre te metían la idea de una rivalidad con la hermana capital de la provincia de Chimborazo, me sorprendió por que cuando empezamos a trabajar allá la gente nos acogió de una manera increíble, es gente que aún esta abierta a recibir mucha información, a diferencia de la gente de mi ciudad, que cree sabérselas todas, obviamente hay muchas excepciones, pero, Riobamba ha sido una de las mejores experiencias que he tenido, con su gente, con los procesos, con la ciudad, y viviré agradecido con la Sultana de los Andes.

En este año que llevó trabajando por acá, me di cuenta de muchas cosas, unas solo volvieron aparecer, otras siempre han estado, y otras son nuevas para lo que estaba acostumbrado, y solo rectifiqué lo "complejo" que es gestionar, producir y cobrar lo justo en provincia, especialmente por que la misma gente involucrada en estos procesos sigue (mal) acostumbrado a la gente a no valorar a la cultura ni a los procesos artísticos o de creatividad (y paradojicamente son "creativos") .

Eso entre otras cosas han motivado a que siga buscando nuevas sensaciones, nuevos  lugares, nueva gente, aprender más, estudiar más, endeudarme más (para variar), simplemente seguir SIENDO y SINTIENDO.

Espero que los nuevos rumbos que se vienen me cobijen de buenos resultados, hermosas experiencias y por que no cortas decepciones y derrotas, ya que sin ellas no se aprende a vivir como un ser humano integral.

No le tengo miedo al cambio, no temo dejar a gente atrás, y no las dejo, ellas se quedan, por el simple hecho de que buscamos cosas diferentes, yo no quiero ser igual toda mi vida, pensar y hacer lo mismo siempre, quiero evolucionar, quiero ser mejor ser humano, mejor profesional, y para que eso pase el cambio no es una opción, es una obligación.

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